
Mujeres y tierras: justicia territorial con enfoque de género
Una deuda histórica con las mujeres rurales
Las mujeres rurales en Colombia han sostenido la vida en los territorios a pesar del abandono institucional, la pobreza y la violencia. Sin embargo, históricamente han sido excluidas del acceso a la tierra, del reconocimiento de sus derechos como campesinas, indígenas o afrodescendientes, y de la participación en los espacios donde se toman decisiones sobre sus territorios.
La Reforma Rural Integral del Acuerdo de Paz reconoce explícitamente que la redistribución de la tierra debe tener enfoque de género, y que es imposible lograr justicia social sin saldar esta deuda con las mujeres que cultivan, cuidan y protegen el campo colombiano.
El acceso a la tierra como derecho, no como concesión
Según cifras oficiales, menos del 30% de los títulos de propiedad rural en Colombia están a nombre de mujeres. Esto no solo afecta su autonomía económica, sino que también limita su participación política y social en sus comunidades.
Defender el derecho de las mujeres a la tierra es también defender:
- Su derecho al trabajo y a un ingreso digno.
- Su derecho a la protección frente a las violencias estructurales y el despojo.
- Su capacidad de decidir sobre los usos del territorio y del medio ambiente.
- Su papel central en la construcción de la paz territorial.
Lee también: Educación rural y participación: claves para una democracia territorial
Desde el Congreso: lucha por la justicia territorial con enfoque de género
Como senador comprometido con la implementación del Acuerdo de Paz y la justicia social, he respaldado debates y propuestas legislativas que incluyen:
- Medidas para garantizar el acceso efectivo de las mujeres a la tierra y a créditos rurales.
- Proyectos que reconocen el trabajo no remunerado y el rol fundamental de las mujeres en la economía del cuidado.
- El fortalecimiento de la jurisdicción agraria, que incluye enfoque de género y atención prioritaria a víctimas del conflicto.
Desde la Comisión Primera y en diálogo permanente con organizaciones de mujeres campesinas, indígenas y afrocolombianas, hemos visibilizado estas luchas en el Senado y exigido respuestas institucionales.
Conoce más: Compromisos con la paz y la reconciliación desde el Congreso
Las mujeres son protagonistas de la paz
Las mujeres no solo han sido víctimas del conflicto armado; han sido también constructoras de paz, memoria y resistencia. Muchas son firmantes del Acuerdo, defensoras del territorio, lideresas comunitarias y guardianas de la vida.
Por eso, avanzar en la entrega de tierras a mujeres rurales no puede seguir siendo un gesto simbólico o marginal: debe ser una prioridad nacional.
Sin tierra para las mujeres, no hay reforma agraria ni paz
La paz comienza cuando las mujeres tienen garantías para vivir, producir y decidir sobre su territorio. Una Colombia más justa, igualitaria y reconciliada necesita una reforma agraria feminista, que ponga en el centro los derechos de las mujeres rurales. Desde el Congreso, seguiremos defendiendo este principio con hechos, con leyes y con presencia activa en los territorios.
Comments are closed.