Julián Gallo en el Huila: fortaleciendo la unidad popular y la participación ciudadana

El senador Julián Gallo Cubillos, reconocido por su liderazgo transformador y compromiso con la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia, realizó una visita al departamento del Huila para fortalecer la unidad popular y escuchar las necesidades de diversas comunidades.

Encuentro con el Comité Departamental de Unitarios en Neiva

En Neiva, Gallo se reunió con el Comité Departamental de Unitarios, una coalición que incluye al Partido del Trabajo de Colombia (PTC), el Partido Ecologista y el partido Comunes. Durante este encuentro, se discutieron estrategias para promover la participación ciudadana en la política colombiana y avanzar en la implementación efectiva del Acuerdo de Paz en Colombia.

Diálogo con organizaciones sociales y firmantes del Acuerdo de Paz

Posteriormente, el senador sostuvo reuniones con organizaciones de mujeres, recicladores, firmantes del Acuerdo de Paz y líderes sociales. Estos diálogos se centraron en la justicia social y desarrollo territorial, la inclusión social para poblaciones vulnerables y la promoción de derechos humanos en Colombia.

Lanzamiento del Cabildo Popular del Huila en El Caguán

En el corregimiento de El Caguán, Gallo participó en el lanzamiento del Cabildo Popular del Huila. Este espacio contó con la presencia de organizaciones sociales, sindicatos y el colectivo de profesores Moehah (Movimiento Emancipador Magisterial del Huila). Se abordaron temas relacionados con la democracia participativa en Colombia y la construcción de paz sostenible .

La visita del senador Julián Gallo al Huila refleja su compromiso con la reconciliación nacional en Colombia y su esfuerzo por promover una política cercana a la gente, basada en la empatía política en el Congreso y el contacto directo con las comunidades colombianas.

Sin participación no hay paz: el Punto 2 del Acuerdo de Paz

Julián Gallo Cubillos

La participación política como base de la paz

Uno de los pilares fundamentales del Acuerdo de Paz firmado en 2016 es el Punto 2, que habla de “participación política”. Sin embargo, es importante recordar que esta no se limita únicamente al derecho al voto. Participar políticamente significa también tener voz en las decisiones del país, especialmente para quienes históricamente han sido excluidos: comunidades campesinas, pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y víctimas del conflicto social y armado.

El Punto 2 del Acuerdo propone una democracia más amplia y representativa, construida desde los territorios y con enfoque diferencial. Hablar de participación es hablar de justicia social, inclusión y reconocimiento de la diversidad.

Garantías para ejercer la ciudadanía sin miedo

El Acuerdo plantea transformaciones estructurales que permitan a todos y todas ejercer su ciudadanía en condiciones de dignidad y seguridad. Algunas de esas garantías son:

  • Educación con enfoque territorial que fortalezca la identidad, la participación y el arraigo comunitario.
  • Reconocimiento y fortalecimiento de medios comunitarios que den voz a las regiones históricamente silenciadas.
  • Protección efectiva para líderes y lideresas sociales, defensores de derechos humanos y firmantes del acuerdo.

Estos elementos son esenciales para construir una paz sostenible. Sin ellos, la democracia queda incompleta y la reconciliación se vuelve una promesa incumplida.

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Desde el Congreso: compromiso con el Punto 2

Como senador y firmante del Acuerdo de Paz, he trabajado activamente en la implementación de este punto, promoviendo debates legislativos, acompañando a las comunidades en los territorios y respaldando iniciativas normativas que aseguren la participación real de las comunidades históricamente excluidas.

Desde la Comisión Primera del Senado, he respaldado proyectos de reforma política que buscan fortalecer la democracia participativa, ampliar las garantías electorales y proteger los derechos de quienes ejercen liderazgo social.

En la Comisión de Paz, he acompañado debates y audiencias públicas con organizaciones sociales, firmantes del Acuerdo y víctimas del conflicto, insistiendo en la urgencia de implementar medidas efectivas para garantizar su participación y seguridad.

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Participación es poder: la voz de los territorios sí importa

El ejercicio democrático debe ser paritario, plural y descentralizado. No podemos seguir construyendo país desde el centro, ignorando las propuestas y necesidades de quienes viven en los márgenes.

Reforzar la participación política desde los territorios no solo es una deuda histórica, sino una condición para que la paz deje de ser un discurso y se convierta en una realidad palpable para todas y todos.

Conoce más: Así acompañamos la participación territorial en el Huila y el Magdalena Medio

Sin participación, no hay paz

Reafirmamos que la participación no es un complemento, sino el núcleo de cualquier proceso de paz duradero. El Punto 2 del Acuerdo de Paz debe ser defendido y materializado con voluntad política, con recursos y con la fuerza de la ciudadanía organizada.

Desde nuestro trabajo legislativo y territorial, seguiremos insistiendo: sin voces diversas, no hay democracia. Sin participación plena, no hay reconciliación. Y sin participación real, no hay paz.

Lanzamos nuestra nueva página web este 1° de Mayo: una herramienta para construir, escuchar y actuar

Este 1° de mayo, Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, lanzamos con entusiasmo el nuevo sitio web del senador Julián Gallo: un espacio pensado para acercarnos más a ustedes, fortalecer los canales de comunicación, y seguir trabajando por las transformaciones que necesita nuestro país.

No es casualidad que hayamos elegido esta fecha. El 1° de mayo no es solo una jornada de conmemoración: es un recordatorio de la lucha colectiva, de la dignidad, de los derechos conquistados a través de la organización y la esperanza. Así como los trabajadores y trabajadoras en todo el mundo siguen defendiendo mejores condiciones de vida, desde nuestro lugar seguimos empeñados en construir una Colombia más justa, más democrática y en paz.

El senador Julián Gallo representa ese compromiso: su historia de vida es la de alguien que ha luchado y que ha sabido también tender puentes hacia la reconciliación, hacia el diálogo y la solución política de los conflictos. Hoy, desde el Senado, trabaja cada día para honrar el Acuerdo de Paz, impulsar la participación política, defender los derechos humanos y levantar las voces de quienes históricamente han sido excluidos.

Esta nueva página web es mucho más que una vitrina digital: es un punto de encuentro. Aquí podrán encontrar información sobre su gestión legislativa, análisis de coyuntura, propuestas de ley, noticias de interés y espacios de participación directa. Queremos que esta plataforma sirva para escucharnos mutuamente, para que cada inquietud, cada idea y cada propuesta que ustedes tengan encuentre un eco y una respuesta.

Porque creemos que un verdadero representante no habla solo por su cuenta: habla con y desde su gente. Y porque creemos que el trabajo por la paz, la justicia y la igualdad no se limita a los discursos, sino que se construye día a día, con cada acción, con cada palabra y con cada compromiso cumplido.

Les damos la bienvenida a esta nueva casa digital. Que sea, como el 1° de mayo, un símbolo de esperanza, de trabajo colectivo y de futuro.

¡Bienvenidos y bienvenidas!

La tierra para quien la trabaja: avances de la Reforma Rural Integral en Colombia

Cumpliendo el Acuerdo de Paz con hechos

La Reforma Rural Integral, contemplada en el Punto 1 del Acuerdo de Paz, es una deuda histórica con el campesinado colombiano. Durante décadas, la concentración de la tierra y la falta de acceso a la propiedad rural han sido causas estructurales del conflicto armado y de la desigualdad social en Colombia.

Hoy, junto al gobierno del presidente Gustavo Petro y con el compromiso de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), se están dando pasos concretos para saldar esa deuda y avanzar hacia una Colombia más equitativa.

Resultados que transforman el campo

Según cifras oficiales de la ANT, entre agosto de 2022 y mayo de 2024, se han adjudicado más de 914.000 hectáreas de tierra, beneficiando a comunidades campesinas y étnicas. Además, se han formalizado más de 1.277.000 hectáreas, brindando seguridad jurídica a miles de familias.

La ANT ha pasado de tener 8 oficinas a 92 en todo el país y ha constituido 14 Zonas de Reserva Campesina, fundamentales para el desarrollo rural sostenible y la inclusión social para poblaciones vulnerables.

El Congreso también siembra reforma rural

Desde el Senado, la bancada del partido Comunes, ha impulsado una agenda legislativa coherente con el Punto 1 del Acuerdo de Paz y con las demandas de las comunidades rurales, construida mano a mano con los sectores agrarios a través de audiencias públicas y recorridos territoriales.

Entre los proyectos más relevantes:

  • Proyecto de ley de Reforma Rural Integral, orientado a garantizar acceso a tierra, créditos y asistencia técnica.
  • Proyecto de Plazas de Mercado, que fortalece la economía popular, el abastecimiento y los circuitos cortos de comercialización en todo el país.
  • Proyecto de Ley de Panela, aprobado esta semana en su segundo debate en la Cámara de Representantes, que pasa ahora a su trámite en la Comisión Quinta del Senado, con el respaldo de las comunidades paneleras.

Un compromiso con la paz, la tierra y la justicia social

El senador Julián Gallo Cubillos, firmante del Acuerdo de Paz, ha sido uno de los impulsores de la entrega de tierras a comunidades campesinas y pueblos indígenas. Su trabajo articulado con la Agencia Nacional de Tierras y las instituciones del Estado ha permitido consolidar avances concretos en la implementación del Punto 1 del Acuerdo de Paz, que reconoce el acceso a la tierra como un derecho y no como un privilegio.

Además, el senador ha sido impulsor de la jurisdicción agraria, que aún requiere la aprobación de su ley ordinaria, necesaria para que comience a operar como una herramienta efectiva en la resolución de conflictos de tierras con enfoque territorial y campesino.

Magdalena Medio: de la exclusión al reconocimiento

Uno de los territorios donde más comienza a sentirse el impacto de esta transformación es el Magdalena Medio, particularmente en el municipio de Puerto Salgar. Allí, la entrega de tierras ha devuelto la esperanza a comunidades campesinas que durante décadas fueron desplazadas por la violencia y el despojo.

Luisa Montaño, lideresa que representa a 48 asociaciones campesinas en la región, expresó: “Éramos el municipio más abandonado. Nos sacaron del territorio los terratenientes para apoderárselo, nos desalojaron, nos asesinaron líderes. Estamos cansados por los atropellos. Pero ahora no estamos solos, gracias a este gobierno”

Su testimonio refleja no solo la historia de resistencia del campesinado colombiano, sino también el sentido de reparación y justicia que empieza a abrirse paso con la implementación del Acuerdo de Paz. La voz de Luisa Montaño es la de miles que reclaman lo que siempre les ha pertenecido: el derecho a vivir y trabajar en su tierra.

La reforma laboral que el pueblo necesita

En lugar de proteger al trabajador, el modelo neoliberal desmanteló los derechos laborales, promovió la tercerización, y normalizó la precariedad como si fuera progreso. Hoy, frente a esa herencia de desigualdad, se abre la posibilidad de una reforma laboral centrada en la dignidad, los derechos y la justicia social en Colombia.

Hacia un trabajo digno para quienes siempre han sido excluidos

La legislación laboral vigente no ha sido capaz de responder a la realidad de millones de personas que sostienen la vida del país con su trabajo diario: Mujeres cuidadoras, jóvenes, trabajadoras del campo, recicladores, empleados tercerizados… todos comparten una misma urgencia: contar con derechos laborales plenos, estabilidad, protección y garantías mínimas.

Esta exclusión histórica ha dejado a buena parte de la fuerza laboral por fuera del acceso a licencias, prestaciones, sindicalización y condiciones dignas. Y es precisamente esta deuda la que la reforma laboral busca saldar: abrir el camino para un modelo donde el trabajo esté respaldado por garantías mínimas y acceso real a la seguridad social como derecho, no como privilegio.

Dignificar el trabajo es una decisión política

La reforma laboral que el pueblo necesita tiene una premisa clara: el trabajo no es una mercancía, es un derecho. Y como tal, debe estar protegido. Nuestra propuesta apunta a recuperar esa visión del trabajo con derechos, con estabilidad, con seguridad social. Impulsar el derecho al trabajo en Colombia no solo es una medida económica, es un acto de justicia.
Además, esta reforma se conecta con el espíritu del Acuerdo de Paz en Colombia, que plantea una transformación profunda del campo y la inclusión de los territorios históricamente excluidos. Sin garantías laborales en el agro, no hay desarrollo rural posible.
Una reforma para avanzar, no para retroceder
Frente a ellos, la consulta popular, que proponía que fuera el pueblo quien decidiera sobre estas transformaciones, fue hundida por la derecha en la plenaria del Senado. Una vez más, se cerró la puerta a la participación directa de la ciudadanía y se impuso el temor a que el pueblo tenga la última palabra.
Esta negativa no borra la urgencia del debate: al contrario, reafirma la necesidad de avanzar en la reforma laboral desde el Congreso, con movilización, coherencia y compromiso político con quienes han sido históricamente excluidos del sistema laboral. (Ver también: Consulta Popular: ¿Por qué la derecha le teme a que el pueblo decida?)

El país que merecemos

La Colombia más equitativa no se construye con discursos, sino con decisiones que mejoren la vida de la gente. Una reforma laboral pensada desde los sectores excluidos es una forma de promover los derechos humanos, combatir la desigualdad y garantizar que el progreso llegue a todos los rincones del país.
Porque ningún país puede hablar de democracia participativa mientras la mitad de su población trabaja sin derechos.