Israel debe pagar por sus crímenes

Israel debe pagar por sus crímenes

El genocidio no es un fenómeno espontáneo, sino una acción deliberada orientada a destruir una población subyugada. En el caso de Palestina, esto se evidencia en la deshumanización del pueblo palestino, mediante la demonización y animalización que Israel ha promovido en la narrativa internacional. Es innegable que Israel está cometiendo un genocidio: cada una de sus acciones ha estado orientada a destruir la población palestina, asesinando a más de 60.000 personas, causando daños físicos y psicológicos, y realizando ataques selectivos que buscan eliminar la infancia en Gaza y, en algunos casos, prevenir futuros nacimientos.

El Alto al Fuego: Una continuación del Genocidio 

Esta intención genocida se ha mantenido incluso después del acuerdo del “Alto al fuego” anunciado entre Hamas e Israel, en el marco de la búsqueda de la paz”, a pesar de que esta iniciativa representó un poco de esperanza y  fue celebrada por todos los pueblos en solidaridad con Palestina, Israel no ha respetado el acuerdo. 

Según la Oficina de Información Gubernamental en Gaza, la ocupación israelí ha cometido más de 125 violaciones al alto al fuego, que han resultado en el asesinato de 94 palestinos y más de 344 heridos. Entre estas violaciones se han realizado ataques aéreos y bombardeos. 

Un ejemplo de lo anterior, es el bombardeo del campo de refugiados de Jabalia que causó la muerte de cinco personas. Además, Israel ha bloqueado la entrada de la ayuda humanitaria acordada; para el 22 de octubre, solo el 13 % de los camiones de ayuda (986 de 6.600) había logrado ingresar. Asimismo, la población palestina ha reportado múltiples operaciones de demolición de edificios residenciales, entre otras violaciones. En pocas palabras, el acuerdo ha sido incumplido por Israel de todas las formas posibles.

El anuncio del acuerdo y del alto al fuego no es más que un intento de desviar la atención de lo que ocurre hoy en Gaza: un genocidio transmitido en vivo. Israel debe pagar por cada uno de los crímenes cometidos, y los actores internacionales que lo han permitido deben ser sancionados y juzgados. Hasta que esto no ocurra, no habrá paz.

Solo habrá Paz si hay autodeterminación, libertad y reconocimiento del Estado Palestino. 

La paz verdadera exige autodeterminación, libertad y el reconocimiento del Estado palestino. No basta con detener los asesinatos: Israel debe reconocer a Palestina como Estado legítimo, garantizar su autodeterminación y facilitar que la comunidad internacional se vuelque a la reconstrucción integral de la Franja de Gaza: hospitales con suministros médicos, viviendas donde las familias puedan regresar, escuelas y universidades, y el restablecimiento de la libertad de movimiento y control territorial por parte de los palestinos.

Los Estados tienen la obligación de prevenir el genocidio conforme a la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948). Por ello, deben oponerse de manera contundente a lo que ocurre en la Franja de Gaza: adoptar sanciones efectivas a través de mecanismos internacionales y regionales, contra los funcionarios israelíes implicados en crímenes internacionales; cooperar con la Corte Penal Internacional; y ejecutar sus órdenes de arresto.

Solo así se podrá frenar el genocidio. Hasta entonces, la lucha por la libertad y la justicia continúa.
Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá.

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