Duque, Netanyahu y la memoria que no se puede borrar
Por el senador Julián Gallo Cubillos
La reciente visita del expresidente Iván Duque al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu desnuda la esencia de la clase política que durante décadas gobernó a Colombia y que hoy busca regresar al gobierno. Una clase que, en lugar de defender la vida y los derechos humanos, eligió alinearse con quienes representan el fascismo en su máxima expresión.
Las páginas de la historia recordarán que un exmandatario colombiano se reunió con un hombre señalado internacionalmente como criminal de guerra. No es un hecho menor: mientras Netanyahu lidera el genocidio contra el pueblo palestino, en Gaza, con miles de víctimas, principalmente, mujeres y niños, Iván Duque carga sobre sus hombros el peso de centenares de víctimas de violaciones sistemáticas a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario.
El legado de Duque en Colombia
No podemos olvidar que bajo su mandato:
● Más de 80 jóvenes fueron asesinados durante el estallido social de 2021, cuando la protesta pacífica fue respondida con balas.
● Se autorizaron bombardeos en campamentos donde había niños y niñas, presentados luego como “bajas legítimas”.
● Cientos de líderes sociales, comunitarios, estudiantiles, defensores de derechos humanos y firmantes del acuerdo de paz fueron asesinados en los territorios, sin que existiera una política eficaz para protegerlos.
Ese es el sello que Duque lleva consigo al visitar a Netanyahu: la representación de un modelo político que normaliza la violencia y la represión contra su propio pueblo.
Gaza y Colombia: dos memorias que dialogan
Hoy, mientras en Gaza se vive una tragedia humanitaria con miles de civiles asesinados, el abrazo entre Duque y Netanyahu duele aún más. Nos recuerda que los pueblos víctimas de la guerra comparten una misma exigencia: no olvidar y no permitir que la impunidad se imponga.
No olvidar
Colombia necesita mantener viva la memoria. Porque detrás de cada cifra hubo vidas, familias y comunidades enteras que siguen esperando justicia. Y porque quienes hoy buscan volver al poder son los mismos que dejaron un país herido, con las cicatrices abiertas de la represión y la exclusión.
La historia se escribe con las voces de quienes resisten y recuerdan. Por eso, ante la visita de Iván Duque a Benjamín Netanyahu, decimos con claridad: no olvidamos. Ni a las víctimas del estallido social, ni a los niños y niñas muertos en los bombardeos, ni a los líderes asesinados en los territorios, ni al pueblo palestino que hoy enfrenta el horror de un genocidio.

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